El futuro del trabajo

En las últimas semanas el debate sobre el futuro del trabajo ha saltado a primera línea de la actualidad y del debate nacional de la mano de importantes medios de comunicación en nuestro país.

En efecto, José Antonio Gallego no hace mucho en el Blog Salmon nos hablaba del futuro del trabajo haciendo un buen repaso de porqué actualmente trabajamos como trabajamos y cómo muchas de esas costumbres (horarios etc.) no tendrán sentido alguno en el futuro. Este autor apoya principalmente el llamado movimiento open source para el trabajo, donde cada persona se adscribe voluntariamente a los proyectos que le interesan sin recibir retribución a cambio. Lo que ocurre es que a un laboralista como yo le cuesta entender como “trabajo” aquél donde no se percibe retribución. El propio Estatuto habla de trabajo cuando es remunerado, e incluso sociológicamente el trabajo no remunerado sería más bien voluntariado. Con ello no estoy diciendo que el trabajo voluntario no vaya a aumentar en el futuro –que estoy seguro lo hará- (mirad Wikipedia que ha acabado con el negocio de las enciclopedias a base de voluntarios), sino que cuando nos preguntamos por el trabajo del futuro, lo que principalmente interesa es cómo se prestarán los servicios en el futuro.

trabajo

En este sentido, sí se pronuncia Vicent Navarro en un artículo, donde debate si las nuevas tecnologías acabarán con el trabajo en el futuro o no. Desde el ludismo esta ha sido siempre la gran preocupación: dejarán las personas de ser productivas porque serán substituidas por máquinas?. La verdad es que en pleno S. XXI esto no debería importarnos tanto dado que las personas deberían ser valiosas por el simple hecho de serlo y no por ser productivas en la sociedad, no obstante, es lógico que la población se siga preocupando por este hecho, dado que sigue existiendo una mentalidad muy mercantilista en nuestra sociedad respecto a la valía de las personas. En fin, en su artículo el profesor Navarro es de la opinión que la tecnología no disminuirá la necesidad de mano de obra en el futuro (la llamada destrucción creativa). No obstante, el profesor al final de su artículo nombra una cuestión que yo llevo tiempo anunciando que será la clave del futuro del trabajo: la precarización del trabajo.

Es decir, que el trabajo no vaya a desaparecer no quiere decir que no estén en peligro los trabajadores.

Con las nuevas tecnologías el mercado de trabajo está modificando su estructura virando hacia la descentralización. Una descentralización que con la aparición de las plataformas virtuales (economía colaborativa) está llevando a su extremo: la desaparición de las empresas para dejar solamente al trabajador autónomo. Las plataformas se convierten en meros intermediarios que ponen en contacto a un trabajador autónomo con su cliente en prácticamente cualquier servicio. Y dado que el Derecho del trabajo sigue anclado al trabajador subordinado dentro de una empresa, la nueva revolución tecnológica puede dejar a los que viven de su trabajo sin las protecciones laborales que se ganaron en el S. XIX.

Y aquí es donde se debe retomar el trabajo de José Antonio Gallego, que hablaba como trabajamos de una determinada forma porque así se empezó hacer en el pasado con costumbres que hoy en día no tienen sentido. Pues bien con el Derecho del Trabajo pasa lo mismo, puede que no tenga demasiado sentido seguir con conceptos de la época fordista (trabajador subordinado) en un futuro totalmente distinto. En fin, en mi opinión, el concepto de trabajador protegido por el Derecho del Trabajo debe evolucionar.

Para más sobre esta cuestión en breve saldrá publicado mi libro “El trabajo en la era de la economía colaborativa” Tirant lo Blanch, 2016.


3 thoughts on “El futuro del trabajo

  1. Gracias por la,reflexión la cual como bien escribes tiene muchas vías. Como decían en Blade Runner “he visto cosas que no creeriais”. Lo que pasa que nuestro casos es más lo que vamos a ver a futuro que lo que hemos visto. En mi modesta opinión. Pero es cierto que nuestro Dcho del Trabajo y el ET requieren una revisión.
    Un saludo
    Jesús Mari

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